Desgraciadamente, llega a cartelera otra película mexicana
que pinta para ser un fracaso y se titula “Reencarnación: Una historia de amor”.
La trama nos sitúa en Mazatlán (donde también fue rodada) y
muestra el conflicto entre los descendientes de unas poderosas familias chinas
que salieron de su país para emigrar a Estados Unidos y México. En medio de
esto, se encuentra una pareja de jóvenes, que mantuvieron un pasional romance en
otra vida y, en el presente, están destinados a estar juntos nuevamente. Esto
no suena tan mal, pero traduciéndolo a la Pantalla Grande tuvo un resultado
fatídico.
El primer error es el título de la película, ya que es
demasiado convencional, cuando inicialmente se llamaría “Sangre de Familia” o,
por lo menos, respetar el nombre de la novela de la cual fue adaptada: “Asesinato
en una lavandería china”.
Las únicas 2 buenas actuaciones de todo el elenco son: Liz
Gallardo (Yolanda, la protagonista) y Raúl Méndez (hermano de Yolanda), los demás
lucen sobreactuados, incluido el galán de la cinta, Shalim Ortíz, quien sufre
por su marcado acento estadounidense.
La trama, que se intercala entre el romance y el misterio, decae
por escenas tediosas, largas, aburridas
y con diálogos incoherentes, que suenan “sacados de la manga”, provocando que
el espectador se ría de lo absurdo que suenan.
Algo pasó con la dirección de Eduardo Rossoff (quien también adaptó el guión), porque este
trabajo a veces parece una película seria y en momentos un video-home. Hay errores
visibles en cuanto a iluminación y fotografía, mala música incidental y efectos
especiales de calidad escolar (sobretodo, un dragón que aparece en varias
escenas).
Tristemente, no puedo recomendar esta película, pero sí la
novela original del autor, Juan José Rodríguez, esa merece la pena leerla;
aunque si se empeñan en ver la película, estrena en cines del D.F. este
viernes, posteriormente llegará a otras ciudades del país.
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